La adaptación de las nuevas tecnologías en nuestro día a día sigue expandiéndose hasta ámbitos en los que hasta hace poco no se tenía tanto desarrollo.
Uno de estos ámbitos es, inevitablemente, la terapia psicológica que, en buen parte debido a los cambios recientes (confinamiento, teletrabajo, etc), ha ganado peso por su practicidad. Son muchos los estudios que sustentan la cantidad de beneficios que ofrece esta modalidad en la forma de hacer terapia y es que, para profesionales y para pacientes, este modo de trabajo psicológico tiene muchas ventajas:
FLEXIBILIDAD
Adaptación continua entre psicólogo y paciente, conciliación de horarios, cambios de sesiones, etc.
COMODIDAD
ACCESIBILIDAD
Facilidades añadidas para aquellas personas con residencia en el extranjero, alejada de un centro presencial o en zonas rurales, con problemas de movilidad, etc. Además, en algunos trastornos psicológicos como la agorafobia o la fobia social también esta modalidad puede facilitar el acceso a terapia psicológica.
CONTINUIDAD
Hace posible mantener la regularidad de la terapia incluso teniendo viajes, vacaciones, confinamientos, etc.
COSTE
Evitación de desplazamientos, tiempos de espera, elección personal del espacio para la terapia.
Normalmente (aunque no en todos los casos) el precio de las sesiones online es menor al de las sesiones presenciales.
MOTIVACIÓN PARA EMPEZAR
Menor incertidumbre al estar en un ambiente seguro como tu casa, facilidades desde el inicio con un proceso que el paciente controla más.
INFORMACIÓN
APOYO EMPÍRICO
Cada vez hay más apoyo científico para el uso de nuevas tecnologías en intervenciones psicológicas.
La información del paciente (número de sesiones, historia, resultados de pruebas) es fácilmente accesible para profesionales y pacientes.